Quizá en el peor momento de Huracán desde que volvió a primera, llega el clásico. El equipo no ganó de local en todo el campeonato y para colmo el capitán Machín no podrá estar por lesión y Rolando Zárate jugará en una sola pierna e infiltrado.
Por más que se busquen razones por la cual el Globo consiga los tres puntos, no se encuentran. Pero es un clásico y el hincha estará el domingo a las 14 horas en el Ducó para hacerle sentir al jugador lo que significa vestir la camiseta de Huracán y la responsabilidad que tiene.
La desesperanza invade Parque Patricios y la vergüenza de recibir las cargadas de los vecinos duele, por eso más que nunca hay que reventar la cancha y alentar al equipo hasta la muerte y que por lo menos el hincha quemero demuestre que Huracán es grande.
Por otro lado no hace falta recordar el historial y los más de 30 partidos de diferencia, el domingo hay que salir a ganar como si fuese el último cásico de nuestras vidas.
“El globo es mi pasión, locura de mi corazón, te sigo adónde vas y cada vez te quiero más”. A decir presente y esperar el partido soñado y que los “sin barrio” se vallan llorando de Parque Patricios.
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