Así como le pasó a Winston cuando conoció a Julia en el libro de George Orwell, 1984, cuando se conoce a Huracán no se puede dejarlo ni traicionarlo. Es una pasión que surge de lo más interno del alma que no se puede explicar.
Pese a los momentos vividos, los malos resultados deportivos, las mentiras del periodismo y sobreinformación de los denominados “5 grandes” el hincha del Globo no deja su amor por la camiseta y domingo a domingo dice presente en cada cancha a lo largo de todo el país en donde juegue Huracán.
Que Boca tiene 17 copas internacionales, que son la mitad más uno. Que River posee una gran historia con grandes jugadores. Que Independiente tiene 7 Libertadores. Racing, primer campeón del Mundo. Y los vecinos? Bue no sé porque se los incluye en ese pack.
Nada ni nadie le va a decir al quemero que ellos son más grandes porque lo que sienten por el club de Parque Patricios va mucho más allá de los resultados o el poder que poseen esas instituciones.
El verdadero hincha de Huracán, no va a la cancha por el resultado, si no que va a alentar a los jugadores y ver a 11 camisetas blancas correr por la cancha.
Por eso cuando los que salen campo de juego dejan la vida por la victoria, como la del domingo frente a los de Boedo, el público lo valora más.
La única diferencia con el libro es que el quemero deja hasta la vida por Huracán y no les teme a las ratas ni a su peor temor. La traición es una palabra que no existe en el diccionario la gente del Globo. (Ver capítulo 5 de la tercera parte)
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